Carmen Carro y Santiago Pedraza forman un tándem gastronómico fantástico. La pasión por la cocina de calidad se puede degustar en todos su platos
10414 número insignia de la casa y punto de partida para la familia Pedraza, es en esa fecha donde Carmen y Santiago emprenden con Taberna Pedraza, un local ubicado en la milla de oro de la calle Ibiza de Madrid, un local modesto y de poca plazas donde empiezan a trasmitir su pasión y respeto a los productos y sus elaboraciones. Platos tan clásicos como inusuales entran en la carta del establecimiento, clásicos de raíces e inusuales por su calidad. Entre ellos se encuentran la tortilla de Betanzos, al momento, delicada, babosa: muy babosa tal y como manda la tradición, las croquetas de jamón difíciles de comer con los dedos por su textura cremosa, conservas de calidad como las anchoas de Sanfilippo acompañadas de mantequilla, y así todas y cada una de sus referencias hasta llegar a la chuleta. El momento dulce lo destaca la quesada pasiega, realizada cada día partiendo de leche fresca, cuajando, elaborando a mano y cociendo hasta conseguir esa textura.
En poco tiempo empezaron a caer los reconocimientos y el local se queda muy pequeño. En tal solo un año deciden trasladar el pequeño y modesto local a uno de mayor dimensión y bajo la visión proyectada de Lázaro Rosa-Violán el local cambia a un interiorismo muy avanzado al momento y nada común, una joyita.
18 mese después del punto de partida ese proyecto modesto y pequeñito empieza a dimensionarse hasta el punto de ampliar su oferta gastronómica y modelo de negocio. Hace pocos días transformaron su primera taberna en un restaurante que dará mucho que hablar, Casa de Cocidos Carmen y La Santpere, un local con dos ofertas totalmente diferentes. Almuerzos castizos y refinados con su cocido en 2 vuelcos y 1/2, sabor, textura, delicadeza, sensibilidad en un plato de raíces y con tradición. Una vez baja el telón se levanta para las cenas con La Santpere, la oferta gira para ofrecer productos y platos de tradición catalana, fuet, gambas de Palamós, bacalao a la llauna, canelones de carne rústica, albóndigas con sepia, quesos, carquinyolis y así toda su carta con referencias catalanas. Toda esta locura de platos en un espacio realizado por Lázaro que consigue un ambiente tan acogedor que parece que comas en la mesa de la cocina de una casa señorial.
Carmen y Santiago apuestan por una gastronomía de calidad, pura y de raíces. La comida y la polémica está servida con su último proyecto por ahora.
Os dejo unas imágenes para que os den ganas de visitar sus restaurantes.