La cata de vinos es un arte subjetivo. Los diferentes varietales atraen a los catadores por motivos distintos. Por ejemplo, si prefieres los vinos blancos y dulces, uno económico te sabrá mejor que otros más costoso. Sin embargo, hay características generales de los buenos vinos, que con práctica y experiencia podrías aprender a diferenciarlas en cualquier viñedo que visites.

En colaboración con 2×3, te traemos este artículo para que conozcas mejor las cualidades que debe poseer un buen vino y aprendas a degustar realmente.

Excelente cosecha y uvas de buena calidad

En general, los mejores vinos provienen de las uvas de mejor calidad. Muchos tipos de uvas son cultivadas alrededor del mundo. Por ejemplo, un Merlot Californiano sabrá un poco diferente a uno francés. Es por esto que algunas regiones son famosas por producir excelentes muestras de ciertos varietales de vinos. El clima también afecta enormemente la calidad del vino, es por eso que algunos años, o cosechas, ciertos vinos son considerados mejores que otros. Si algún viñedo ha sido perjudicado con un mal clima, el vino lo refleja debido a que el exceso de lluvia, el granizo o una sequía pueden causar que las uvas no se desarrollen. Si estás interesado en algún vino, revisa en qué años se dieron cosechas particularmente buenas y en cuáles no.

Sin defectos

Incluso los vinos a base de uvas de calidad pueden tener defectos que hacen al vino imposible de beber. Estos defectos son causados por errores cometidos en la producción del vino. Los defectos más comunes incluyen barricas manchadas, mala preparación, exceso de ácido acético, oxidación excesiva o demasiada sulfuración y sulfuro de hidrógeno. Las manchas en las barricas se deben a que el vino es almacenado en barricas sucias, causando que el vino tenga un sabor amargo y a moho. El exceso de ácido acético genera un sabor a vinagre, mientras que el vino oxidado en exceso se decolora. El azufre a veces se utiliza como desinfectante en la producción de vinos, y el exceso de este puede destruir el aroma. Si el proceso de fermentado es incorrecto, el vino puede oler a huevos podridos debido al sulfuro de hidrógeno. Un buen vino nunca presentará estos defectos.

Balance y complejidad

Los buenos vinos no solamente son agradables, también presentan sabores fuertes. Cuando los examinamos de acuerdo a las características de su tipo, un buen vino debe no solo mostrar las cualidades que definen su variedad sino también una personalidad propia. Los taninos y ácidos deben estar en equilibrio con los sabores dulces y profundos, dando como resultado un todo que es mayor a la suma de sus partes. La complejidad de un vino se juzga por el número de sabores y notas que se pueden apreciar en él y esto determina su calidad.

Aromas elegantes

Otra importante característica de un vino de calidad es un aroma embriagador. Mientras que algunos buenos vinos tienen mal aroma y viceversa, generalmente un buen aroma vaticina su excelencia (es por esto que algunas personas piden oler el corcho cuando ordenan vinos en un restaurante). El aroma en realidad tiene un rol significativo en cómo percibimos los sabores y, por lo tanto, el aroma del vino puede mejorar nuestra experiencia. Antes de probar tu vino, remuévelo y huélelo. Mientras mejor te huela, mejor será su sabor.

Buenas puntuaciones y comentarios

Las puntuaciones y comentarios de una botella pueden ayudarte a determinar si es la correcta para ti. Adicionalmente a toda la información sobre vinos que contiene millones de comentarios de expertos y aficionados en internet, existe cierto número de críticos que puntúan los vinos. Dicha información también te será útil para decidirte por una botella en particular.