Hace un año nació una estrecha y fructuosa colaboración entre David Lynch y Dom Pérignon.
Una colaboración que no es fruto del azar. Los universos de Dom Pérignon y David Lynch tienen numerosos puntos en común: el misterio, la intensidad, la implicación, el tiempo, la reinvención permanente de si mismo y, sobre todo, una confianza absoluta en la fuerza creativa.

La campaña publicitaria

En diciembre de 2011, Dom Pérignon revela la campaña publicitaria fotografiada por David Lynch para las añadas Dom Pérignon 2003 y Dom Pérignon Rosé 2000. Una de las más hermosas y más impactantes realizadas por Dom Pérignon. La botella nunca había sido fotografiada así.

Durante dos días, en un estudio-taller de California transformado en cámara oscura, David Lynch emprendió́ un viaje inmóvil en torno a la botella intemporal de Dom Pérignon. Lynch imaginó, inventó guiones, diseñó decorados y experimentó extrañas y pequeñas tramoyas teatrales, utilizando accesorios inesperados y múltiples efectos especiales.

De estas exploraciones fotográficas surgieron numerosas imágenes, testimonio de la singularidad de su visión personal. Finalmente se seleccionaron dos imágenes: una para Dom Pérignon 2003 y otra para Dom Pérignon Rosé 2000. Estas dos fotos se utilizaron para la campaña.

Esta experiencia marca el encuentro de dos mundos. David Lynch aporta la dimensión onírica y cautivadora de su propio universo estético al misterio y la sensualidad de Dom Pérignon. Bajo su mirada, la botella se convierte en paisaje fantástico en el que penetramos como transportados en un largo travelling. Detrás de la etiqueta emblemática, que tiene la fuerza de un escudo de armas, parecen adivinarse fantásticos rascacielos en segundo plano. Edificios que parecen erigir su improbable silueta en un claroscuro urbano de resplandores crepusculares. Más allá́, a lo lejos, nos perdemos en tinieblas indescriptibles, iluminadas aquí́ y allá́ por destellos de luz en suspensión.

David Lynch observa como un vidente. Revela. De las profundidades reales e imaginarias de la botella, hace surgir imágenes turbadoras. Estas fotos son como una invitación. Una invitación al misterio, intenso y luminoso para Dom Pérignon 2003. Una invitación a la transgresión, vibrante y seductora para Dom Pérignon Rosé.

Las fotos nos dicen que entrar en el universo de Dom Pérignon es una experiencia total.

Dom Perignom 2000 by David LynchDom Perignom 2003 by David Lynch

 

Edición limitada

Después de haber fotografiado las botellas de Dom Pérignon y Dom Pérignon Rosé, el creador David Lynch las reinventa una vez más. Inspirándose en sus fotos, les da un nuevo rostro a través de una edición limitada, diseñada y firmada por el director de cine californiano.

“La creatividad debe expresar la naturaleza profunda de las cosas”, dice David Lynch. Esta edición es la expresión absoluta de una fructuosa colaboración basada en una confianza común absoluta en la fuerza creativa.

El estuche
En primer lugar, la mirada se pierde como en un mundo recóndito de ciencia ficción, iluminado aquí́ y allá́ por destellos de luz en suspensión en un biotopo nocturno. El estuche “Dom Pérignon by David Lynch” intriga. La firma de David Lynch figura en medio de los reflejos tornasolados según el ángulo de la mirada. En este universo holográfico, el relieve discreto de su superficie es perceptible.

El estuche Dom Pérignon se presenta como un pequeño teatro mágico, uno de esos teatros que a David Lynch le gusta inventar. Las cintas de seda en cada extremo permiten levantar el telón para desvelar el interior del estuche, donde las siluetas lynchianas claroscuras anuncian un mundo donde el misterio es un juego. Ya se vislumbra la botella icono de Dom Pérignon.

La botella
Al describir el trabajo de transfiguración realizado con la botella de Dom Pérignon, David Lynch habla de la búsqueda de su “profundidad” y su “tridimensionalidad”. Cada botella está vestida – aunque podríamos decir habitada– por esos juegos de luces y sombras, esos efectos de superficie y profundidad, que acentúan su seducción, vibrante e impenetrable.

Para esta botella, David Lynch ha imaginado una etiqueta-escudo de pátina aleatoria de bronce. La etiqueta, gruesa y metálica, presenta reflejos de granito con destellos de mica, salpicada de líneas y venas de una notoria modernidad estética. Su firma plateada se destaca como un gesto elegante.

En esta atmósfera, que fluctúa entre sueño y realidad, entre luz y sombra, como su mundo, David Lynch nos invita a descubrir una añada excepcional: Dom Pérignon 2003, intensa, luminosa y misteriosa. Una invitación como la promesa de una experiencia divina y profana al mismo tiempo.

Jeroboam edición limitada

Dom Pérignon y David Lynch celebran la presentación de la edición limitada “Dom Pérignon by David Lynch” el 20 de junio en Los Ángeles.

Para esta ocasión, David Lynch ha vestido diez Jeroboams (3L) de Dom Pérignon Vintage 2003, todos ellos numerados. Dos ejemplares serán firmados a mano por el propio David Lynch.

Para estas veinte botellas, David Lynch ha diseñado un vestido metálico que representa la sublimación de este magnífico juego de luces y sombras que dan toda su potencia, su misterio y su seducción a las fotos que ha realizado para Dom Pérignon.

Para ir hasta el final de este sueño, David Lynch y Dom Pérignon recurrieron al talento de Pierre Meurgey, uno de los grandes maestros orfebres de las artes de la mesa. Los diez vestidos de metal fueron realizados en su taller parisino, según las reglas y los procedimientos artesanales de un saber hacer a la francesa, heredero de una larga tradición.

Estos vestidos finamente labrados envuelven el cuerpo de la botella y brillan con la misma pátina que su vidrio cepillado de color bronce para Dom Pérignon Blanc. Los vestidos también presentan, igualmente sublimados, los efectos de reflejos, profundidad y luces que intuitivamente puso en escena en sus fotos.

Esta es una serie limitada exclusiva de 10 piezas, que serán vendidas únicamente bajo pedido especial a la Maison.

El resultado es deslumbrante. Estas diez piezas de colección fuera de lo común son un homenaje a una añada excepcional.