Paseando por las calles históricas de la ciudad condal entre callejones y portales con mucho que contar, nos encontramos con un destello de luz con aires de delicadeza y elegancia, Mercer Hotel nace un edificio con mucho pasado, renovado con exquisitez y elegancia aportando, a la austeridad de la piedra, gran calidez y comodidad.
Jean Luc Figueras, uno de los grandes de siempre se encarga de la gastronomía, desde una cocina central abastece dos ofertas muy diferentes LE BOUCHON, concepto de tapas, platillos, aperitivos, etc… sugerencias de ayer y nuevas propuestas como la quiche lorraine, el salmón ahumado al momento ( genial ) o el riz de veau en cocotte a la crema. Un espacio donde la madera y la barra toman protagonismo, todo lo contrario que pasas con las paredes donde la piedra, grandes cuadros y el blanco pasan a ser el papel principal, MERCER by JEAN LUC FIGUERAS es un espacio gastronómico donde cuida mucho el producto gran royal de erizos con manzana de aperitivo o perfecta cocción de la lubina con boniato, unos macarrones con tartufo y cerrando el menú con lomo de ciervo justo en su punto, la verdad da gusto encontrarte a toda la familia controlando todos los puntos gastronómicos.
Detallar también el buen servicio que me ofrecieron y la recomendación del vino vernatxa producido y elaborada en terra alta.