Dos productos sin igual, un encuentro original.
Dos iconos del lujo, uno español y otro francés.
Por primera vez emerge un maridaje para los cinco sentidos, que hace realidad los sueños de los paladares más exquisitos y sibaritas del país. La aérea complejidad cremosa de Krug, se refuerza paradójicamente con los aromas subterráneos y minerales de los huevos trufados del Valle de Yerri.
Un maridaje que rompe moldes, ¿un huevo frito marida con champagne? Si es Krug, ¿por qué no?
Nace un encuentro gastronómico inimaginable. Para celebrar este maridaje tendrán lugar una serie de catas en las principales tiendas enograstronómicas y delicatesen del país donde los clientes podrán degustar esta experiencia inigualable. Además de poder apreciar no sólo los sorprendentes aromas de Valle de Yerri y del champagne más majestuoso del mundo, descubrirán la sinergia de dos productos que en un principio parecen ser tan dispares entre sí pero que sin embargo ofrecen una fusión que sondea los límites de la materia.
Sencillez y sofisticación. Dos adjetivos inherentes a Krug y al Valle de Yerri.
El elegante champagne Krug se une a una promesa latente de calidad, Valle de Yerri, una joya gastronómica que sorprenderá tanto a expertos como a aficionados en un encuentro sorprendente.
Si bien es cierto que es un vino de vocación aérea, la enorme riqueza procedente de los jardines de uvas donde Krug consigue su materia prima, unida a la cremosidad y complejidad de los aromas de las tres uvas (Chardonnay, Pinot Noir y Pinot Meunier), suscitan una fuerza creadora dispuesta a nutrirse de otras paradojas. De forma natural Krug se fusiona con la gran riqueza del Valle de Yerri.
Que combinacion, mmmmmm….