Días atrás tuve el placer de hacer una cata de los vinos de la bodega Mas Doix, con el privilegio de tener, casi en exclusiva para mí, al maestro Valenti para explicarme todo el proyecto. Sinceramente me parece una gama de vinos de gran calidad, cargados de complejidad, matices, frescura e historias que contar.

Eso me hizo recordar la cata Online, de esta misma bodega, que se hizo durante el confinamiento, allá por el mes de mayo. ¡Un momento complicado para muchos!
Con la restauración todavía cerrada, y atrapados en casa, era nuestra única manera de tener contacto con colegas de profesión y bodegueros. Este encuentro (a través de unas pantallas) fue una bocanada de aire fresco venido directo de Poboleda para atravesar mi solitario ático de Barcelona.

Una cata atípica, diferente y cautivadora que mezclaba los vinos con imágenes de personas, colores, animales, paisajes… Pero también deleitando nuestros oídos con 2 piezas musicales por botella, que se referían a las sensaciones provocadas en boca, por el primer contacto con el vino; y el segundo sorbo.
Cuando el evento se vuelve inusual y te saca de lo tradicional, capta todavía más tu atención (o por lo menos en mi caso). Estar frente a unas copas que de por sí, para mí, ya van cargadas de historias, emociones, climatología y sensaciones; al estar relacionadas con diferentes soportes artísticos, hizo que la cata se convirtiera en bucólica, melancólica, estupor y diversión entre otras.

Vinos Bodega Mas DoixSoy un amante de las metáforas con el vino, me encanta descontextualizarlo, desencorsetar este mundo que le rodea, a veces demasiado esnob e intentar hacerlo más sencillo y atractivo. Valenti y Óscar ese día tocaron las teclas justas.
Los sorbos de aquellos diferentes líquidos que fueron acariciando mi paladar, se deslizaron tal las notas musicales desfilan sobre la partitura digital del músico.

Con el Crestes 2018, el primer trago, el de la sorpresa, fue asociado a la canción Another day of sun de la película La la land, quizás por la profusión de aromas primarios, la alegría y vivacidad de la melodía y carácter jovial de ambos. El segundo sorbo más pausado, trajo calma, seriedad y serenidad, tal ese atemporal Don’t worry be happy que lo acompañó.

Tengo que decir que todas las asociaciones fueron sorprendentes (estés de acuerdo o no por la selección, no dejan de ser percepciones personales de cada uno) pero la que más me marcó, por decirlo de alguna manera, fue la del Salanques 2017. Las primeras sensaciones en el paladar bailaron al ritmo de Amy Winehouse y su Back to black (“black» quizás como esas pizarras emblemáticas del suelo de la zona, de donde emergen estas cepas de unos 60 años).

Fue tan impactante, y bajo un reto encubierto lanzado por Óscar, me animé a crear una “parodia musical» con este binomio. Quien siga mi Instagram sabrá de lo que hablo, para los demás, les invito a descubrirlo y opinar si les apetece. Eric Vicente (Amy Winehouse)

Pero volvamos a lo nuestro, la segunda vez que nuestros labios entraron en contacto con este Priorat (elaborado de 65% de garnacha, 25% de cariñena y 10% de syrah), todo mi cuerpo, inconscientemente, se relajó a ritmo de una música, diría brasileña, cargada de matices y sensualidad, que me dio ganas de soñar y bailar al unísono.

Tampoco desmerecieron el Sounds of silence de Simon & Garfunkel para entrar en materia con el Doix 2016. Aquí la seriedad, el silencio y el saber esperar para disfrutar eran de rigor. A continuación, sonó la rítmica y calmada música clásica las 4 estaciones de violín y orquestra, para expresar la compleja evolución y persistencia del vino icono de la bodega, cargado de fuerza y elegancia semblante a la obra maestra de Vivaldi.

Las melodías finales de este mini concierto acompañaron el Murmuri 2019, vino blanco de garnacha blanca con un 5% de #macabeu. No anoté el nombre de la música seleccionada, pero sí que la toma de contacto nos daba una sensación de crecimiento y la segunda era más de relajación y sinónimo del final de nuestro viaje por el Priorat.
No se vosotros, ¿pero de verdad todavía hay gente que piensa que una botella de vino solamente encierra un líquido para brindar o emborracharse?

Estas aproximadamente 2 horas que duró esta cata magistral a distancia, descorchando 4 grandes expresiones de las viñas de Poboleda, a mí me hicieron viajar hasta las tierras del Priorat, pero también sentir la climatología de las diferentes añadas recorridas, de asistir a una representación musical armoniosa, de sacudir mis sentidos y un sinfín de sensaciones.

Bodega Mas Doix (paisaje)

Y todo esto estando sentado en una silla de mi comedor de ciudad. Gracias Valenti y equipo por permitirme evadirme en aquello días grises del confinamiento.
A todos, sin perder un segundo más, les ánimo a ir a por un sacacorchos para sacar un billete a la felicidad.

Salud