Pues sí, ir Japón y disfrutar de la cocina local es realmente porno para foodies. En serio… da igual si vas a un bareto de la esquina, a un restaurante tradicional o a un restaurante de lujo. Por todas partes hay sitios donde esperan delicias niponas de todo tipo.
¿Qué hay tener en cuenta al elegir un restaurante en Japón? Pues es muy sencillo. Los buenos restaurantes son los que exponen en sus escaparates los platos que sirven ¡¿Cómo?! ¡¿Exposición de platos en vitrina?! Esto suena al típico atrapa-turistas del casco antiguo de Barcelona donde te sirven ‘paella’ del congelador recalentada con un trozo de limón, y encima te clavan 40€ por esa desfachatez.
Pues no… En Japón un restaurante de buen calibre expone sus platos (De hecho, son réplicas de silicona de cada uno de los platos que se sirven). Para los japoneses esto es un símbolo de transparencia, honestidad, y calidad.
Los baretos/tabernas más ‘cutres’ no suelen exponer sus platos. ¿Debemos entonces evitar estos sitios? – ¡NO! Hay auténticas joyas entre las tabernas y les dan mil vueltas a muchos bares ‘Paco’ y ‘Manolo’. Encontraréis platos sencillos pero muy tradicionales y deliciosos
Para los más exigentes hay también restaurantes que sirven especialidades japonesas poco conocidas en occidente. Para dar con estos restaurantes hace falta tener un buen amigo japonés que te lleve a estos sitios…o leer este artículo. Allá vamos…
Ramen
El ramen es una sopa tradicional japonesa de caldo con fideos, huevo, carne y otros ingredientes. Según la región varía el tipo de caldo. En Tokyo se disfruta el Tonkotsu (caldo de cerdo), En Sapporo el Miso y en el resto de las islas Niponas predomina el Shoyu (caldo de gallina y soja)
En España actualmente este tipo de sopa está triunfando cada vez más y le hacen una buena competencia a nuestros cocidos de toda la vida. Tal como dijo un gran filósofo “Ramen is the new Cocido”. Todos que hemos ido a un restaurante de ramen hemos sufrido las colas. En especial por las noches a la hora de la cena se montan unas filas interminables. ¡Y justo ahí está el error! El ramen es un plato del mediodía. A ningún japonés se le ocurriría comer un ramen por la noche. ¡Es un pecado capital!
Sushi y Sashimi
No puede faltar en la lista. Sushi y sashimi en Japón es un must y se puede disfrutar a buen precio y buena calidad en alguna tabernita ‘cutre’ de las cuales hablábamos arriba. También hay algunos bares de sushi con una oferta más elaborada y con algunas variedades de sushi y sashimi que no encontraremos en Europa.
¿Qué tal un sashimi de atún no congelado? (Las normativas europeas obligan que todo el pescado que sale a la venta debe ser previamente congelado para eliminar parásitos y otro tipo de contaminaciones). Según los expertos en el proceso de congelación el pescado pierde una parte de su sabor. Por eso, en Japón se puede disfrutar del pescado fresco auténtico, sin congelar. Previamente seleccionado y estrictamente controlado para evitar cualquier tipo riesgo… creo.
Curry Japonés
Pues sí, el curry no sólo es hindú o tailandés. También a los japoneses les flipa el curry y de hecho son el segundo país del mundo que más curry consume después de la India. Hay muchos sitios donde se sirve curry, incluyendo restaurantes de ‘comida rápida’ como CoCo, donde se pueden encontrar curries buenos.
Sukiyaki
¿La fondue sólo es cosa de Francia y Suiza? Pues no, en Japón se puede disfrutar del Sukiyaki, una fondue típica y todo sin remordimientos. ¿Sin remordimientos? Pues sí. Mientras que las fondues europeas son hechas con toneladas de queso y/o aceite (que por supuesto están de muerte), en Japón hay una variante igual de buena sin que tengamos que engordar un kilo. El Sukiyaki es una fondue hecha de caldo y salsa soja a la cual se añaden, carne wagyu, tofu, verduras y pasta de arroz. Una vez hecho la carne, el tofu, etc. se retira del caldo y se moja en huevo batido y a disfrutar.
El sukyaki es una invención de Tokyo. El restaurante original que elaboró este estilo de fondue a la japonesa se llama Eshikatsu y sigue en el corazón de Tokyo.
Yakiniku
La barbacoa japonesa DIY. Se suele servir habitualmente en las zonas montañosas de Japón. ¿Por qué? Porque hace mucho frío en las montañas y la barbacoa sirve al mismo tiempo de estufa para calentarse. ¿Qué habías pensado? Aquí todo es ‘DO IT YOURSELF’, una vez servido cada comensal se pone hacer sus propios pinchos a la brasa. Y a disfrutar. Uno de los mejores Yakinikus se puede disfrutar en el monte Takano, justo a las afueras de Tokio.
Oknomiyaki
La tortilla / pizza al estilo japonés (Aún seguimos discutiendo a qué plato europeo se aproxima más). Pues el okonomiyaki es una tortilla-pizza hecha con base de col (al estilo de Osaka) o de col y pasta (estilo Hiroshima) con huevo batido. Se añade al relleno habitualmente carne, pescado o marisco y se recubre con salsa de soja dulce, mahonesa, nori y katsuobushi (virutas de pescado liofilizado).
Una cosa, el okonomiyaki nunca se sirve acabado. Viene semi hecho a la mesa de los comensales (que lleva integrada una plancha) y se acaba de cocinar en la misma mesa para disfrutarlo recién hecho.
Sake
Y para acabar aquí un pequeño apartado para todos los alcohólicos entre nosotros.
El sake se sirve en casi todas las cenas. Sobre todo, si son cenas de negocios. El objetivo de una negociación en Japón es emborrachar lo más posible a su contrincante, para así apalancar la negociación a su favor. ¿Quién no había pensado en eso? Es mucho más fácil (y también mucho más divertido) negociar así.
Bueno, pues el paraíso del sake se encuentra en una ciudad justo a 3 horas al norte de Tokyo (en tren bala) llamada Niigata. Niigata es la zona principal de cultivos de arroz en Japón, ergo también de sake. Una vez llegado a la estación de trenes de Niigata tampoco hay que moverse lejos. En la misma estación de Niigata podemos encontrar una máquina de vending/degustación de más de 100 tipos de sake. Y por solo 100 yenes / vasito podemos ponernos hasta las botas con sake.
Completamente cierto el articulo! Japón se disfruta MAS con su gastronomía que es MARAVILLOSA! No os entre miedo por los precios, es un mito urbano que son carísimos. Puedes encontrar algo adecuado a todos los bolsillos. Eso si, si buscas algo bueno, también cuesta más, pero vale la pena.